El presidente Donald J. Trump firmó recientemente una orden ejecutiva que busca incorporar la inteligencia artificial (IA) en el sistema educativo K–12 (desde preescolar hasta secundaria) en Estados Unidos. La medida tiene como objetivo principal mejorar la alfabetización tecnológica de los estudiantes y preparar a las nuevas generaciones para un mundo impulsado por la IA. Como parte de esta iniciativa, también se creará un grupo especial de trabajo en la Casa Blanca que liderará el esfuerzo.
Una alianza entre gobierno, industria y educación
El grupo de trabajo planea formar alianzas público-privadas con expertos en IA para desarrollar recursos educativos en línea destinados a mejorar la alfabetización en IA y el pensamiento crítico entre los estudiantes. También se buscará el compromiso de empresas del sector tecnológico y fondos federales para respaldar esta misión. La meta es que los recursos estén disponibles en las aulas dentro de los próximos 180 días.
Además, el Secretario de Educación deberá, en un plazo de 90 días, emitir una guía sobre el uso de subvenciones federales para apoyar esta iniciativa y aprovechar los programas de investigación existentes para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes.
Opiniones encontradas: ¿suficiente o un primer paso?
A pesar del avance que representa esta orden ejecutiva, algunos expertos consideran que no es suficiente. Karen Panetta, miembro del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), afirmó que la educación sobre IA debería comenzar incluso antes del jardín de infancia. Según ella, es fundamental que los niños aprendan desde pequeños a distinguir entre lo real y lo falso, especialmente en una era donde los contenidos generados por IA pueden parecer muy convincentes.
Heather Barnhart, especialista en currículo educativo y miembro del Instituto SANS, también subrayó la urgencia del tema. Ella advirtió sobre los riesgos que implica el uso malicioso de la IA, como la creación de materiales de abuso infantil o casos de sextorsión con imágenes generadas artificialmente. Por ello, recomienda que padres y docentes mantengan conversaciones frecuentes con los niños sobre seguridad digital, adaptadas a su edad y nivel de madurez.
“No podemos temerle a la tecnología”, dijo Barnhart. “Necesitamos aprender a comunicarnos con nuestros hijos sobre seguridad en línea para que estén preparados ante cualquier amenaza.”
IA como herramienta para personalizar el aprendizaje
Panetta destacó que, al igual que los procesadores de texto se volvieron herramientas comunes en las escuelas, la IA pronto será esencial en la educación y el trabajo. Esta tecnología tiene el potencial de mejorar la enseñanza personalizada. Por ejemplo, los niños con autismo podrían beneficiarse de sistemas de IA capaces de interpretar sus expresiones faciales y ajustar el contenido educativo en función de sus emociones o nivel de interés.
No obstante, tanto Panetta como otros expertos advierten sobre los peligros del uso indiscriminado de la IA en las aulas. La dependencia excesiva de esta tecnología podría debilitar el pensamiento crítico, fomentar el plagio y provocar una pérdida de aprendizaje profundo. También señalan la necesidad urgente de establecer estándares de seguridad y privacidad para evitar la filtración de datos personales.
Un paso estratégico ante la competencia global
Emily DeJeu, profesora de la Universidad Carnegie Mellon, señaló que esta orden busca mantener a los estudiantes estadounidenses competitivos a nivel internacional, especialmente ante los recientes avances educativos centrados en IA de países como China. Para ella, la alfabetización en inteligencia artificial puede representar un cambio educativo similar al que se vivió con el auge de la alfabetización digital en décadas pasadas.
La orden ejecutiva de Trump representa un paso importante hacia la modernización de la educación estadounidense, integrando la inteligencia artificial de forma estratégica en las aulas. Sin embargo, su implementación deberá equilibrar innovación, ética, seguridad y formación integral, para que los estudiantes no solo usen la IA con destreza, sino que también comprendan sus implicancias y riesgos.