Comet y el nacimiento de los navegadores con inteligencia artificial: ¿el futuro de internet?

Durante la última semana, he estado probando Comet, el navegador impulsado por inteligencia artificial desarrollado por Perplexity. A primera vista, la experiencia de navegación no difiere demasiado de cualquier otro navegador tradicional. Sin embargo, hay una diferencia crucial: el asistente Comet, una herramienta que puede ejecutar tareas en la web de manera independiente, como si tuvieras un asistente personal trabajando a tu lado. Esta funcionalidad marca un antes y un después en nuestra relación con internet.

Aunque ya elaboré una revisión más técnica para el boletín Media CoPilot, aquí quiero profundizar en lo que representa Comet a nivel conceptual. No se trata solo de una mejora puntual en la experiencia del usuario, sino del inicio de una nueva era en la navegación web: la era de los navegadores-agentes impulsados por IA. Y Comet no será el único. OpenAI está por lanzar su propia versión y, considerando la inversión de Google en IA, Chrome no tardará en hacer lo mismo.


De navegadores a asistentes personales

Los cambios fundamentales en la experiencia de navegación no ocurren con frecuencia. Quienes recuerdan los navegadores sin cookies o sin barra de búsqueda integrada pueden dar fe de lo revolucionarios que fueron esos avances. Pero el agregado de un asistente de IA supera incluso esos hitos.

Con Comet, la navegación ya no es una actividad solitaria. Ahora tienes un “interno virtual” dispuesto a encargarse de tareas repetitivas: desde armar tu lista de compras en línea basándose en tus pedidos anteriores y recetas deseadas, hasta buscar y agendar una cita en el Genius Bar más cercano.

Aunque Comet aún no ejecuta todo a la perfección y requiere que revises sus acciones antes de confirmar, la utilidad es real y creciente. Tareas como reservar vuelos, planear vacaciones o depurar tu lector de noticias son solo el inicio. La experiencia se vuelve adictiva a medida que exploras los límites del asistente.


Agentes personales y el dilema de la privacidad

Lo que hace potente a Comet es su función como agente, es decir, una IA que actúa en tu nombre. Pero con ese poder surgen interrogantes importantes: ¿cuánta información personal estás dispuesto a compartir con un software que “mira por encima de tu hombro”? ¿Podemos confiar en que nuestros datos de salud, finanzas o hábitos de navegación estarán seguros?

Perplexity, por su parte, no entrena modelos base con tus datos, lo cual es un punto a favor en cuanto a privacidad. Sin embargo, la preocupación sigue vigente: los agentes necesitan conocer mucho sobre ti para ser útiles, y ese nivel de acceso los convierte en objetivos atractivos para amenazas cibernéticas.


Nuevas oportunidades para los medios y el SEO del futuro

El impacto no termina en la experiencia individual. Los agentes de navegación tendrán un efecto dominó en muchos sectores, especialmente en el mundo de la información y los medios. Todo lo que hacemos en línea —comprar, investigar, comunicarnos— se basa en contextos e información, que ahora los asistentes buscarán por sí mismos. Esto abre una nueva frontera para los creadores de contenido: la optimización para agentes de IA, o AIEO (AI Engine Optimization), el próximo SEO.

A medida que estos asistentes generen millones de microbúsquedas contextuales, la competencia por ofrecer información útil y estructurada será feroz. Además, aumentará la necesidad de que los bots se identifiquen y respeten los permisos de acceso a contenido, un tema ya polémico en los círculos editoriales.


Automatización en entornos profesionales

El potencial de los agentes de navegador no se limita al usuario común. En entornos profesionales, como redacciones de noticias, donde se utilizan múltiples herramientas web —Slack, Asana, WordPress—, un navegador con IA puede automatizar tareas repetitivas sin necesidad de desarrolladores o integraciones complejas.

Esto permite que cada miembro del equipo tenga su propio asistente digital, personalizado no solo con sus preferencias, sino también con el conocimiento organizacional de la empresa. Por supuesto, el riesgo en términos de privacidad es aún mayor, pero también lo son las recompensas en eficiencia.


Un paso decisivo hacia el futuro digital

Comet ya está aquí. Aunque su asistente aún tropieza como un ternero recién nacido, ya puede investigar, operar software, completar tareas y, en general, cambiar las reglas del juego. La promesa es clara: los navegadores con IA no solo nos acompañarán en la web, sino que actuarán por nosotros.

La privacidad será un tema central, sin duda, pero la conveniencia será difícil de ignorar. Estamos en la cúspide de una transformación radical de la web. Y esta vez, no estaremos solos navegando, sino acompañados por una inteligencia artificial lista para servirnos.