La competencia global por desarrollar los modelos de inteligencia artificial (IA) más potentes continúa intensificándose. Esta semana, la empresa china Z.ai —antes conocida como Zhipu— presentó su nuevo modelo insignia GLM-4.6, con significativas mejoras en sus capacidades de programación y razonamiento. Con este lanzamiento, la compañía con sede en Pekín apunta directamente a los gigantes estadounidenses OpenAI y Anthropic, dominantes en el terreno de los llamados coding agents o agentes de programación autónomos.
Z.ai afirmó que el GLM-4.6 ofrece “ventajas competitivas” frente a modelos líderes tanto nacionales como internacionales, incluyendo Claude Sonnet 4 de Anthropic (lanzado en mayo) y DeepSeek-V3.2-Exp, presentado esta misma semana. Según los resultados auto-reportados en ocho pruebas de referencia que evalúan codificación, razonamiento y capacidades de agente, el nuevo modelo superó ampliamente a su predecesor, GLM-4.5, que había sido lanzado en julio.
Un paso más cerca de la inteligencia general
Los modelos especializados en programación son observados de cerca por los expertos, ya que se consideran un paso clave hacia la inteligencia artificial general (AGI): sistemas capaces de superar el rendimiento humano en la mayoría de tareas. Por ello, cada avance en este campo representa no solo un logro técnico, sino también una señal del ritmo de progreso en la carrera global por la próxima generación de IA.
Sin embargo, a pesar de los avances, el GLM-4.6 aún se encuentra por detrás del nuevo Claude Sonnet 4.5, también anunciado el martes por Anthropic, que fue descrito por la compañía como “el mejor modelo de codificación del mundo”.
Más eficiencia, mayor contexto y mejor costo
Z.ai destacó que su nuevo modelo amplía la ventana de contexto —la cantidad de información que puede procesar simultáneamente— de 128 000 a 200 000 tokens, mejorando además la eficiencia en el manejo de estos datos. Esto le permite abordar tareas más complejas a un costo significativamente menor.
En el mercado OpenRouter, el modelo tiene un precio de US$ 0.60 por cada millón de tokens de entrada y US$ 2 por millón de tokens de salida. En comparación, el Claude Sonnet 4.5 ofrece una ventana de contexto de 1 millón de tokens, pero con un costo de US$ 3 por millón de tokens de entrada y US$ 15 por millón de salida.
Z.ai aseguró que el GLM-4.6 supera a su versión anterior en tareas “realistas” y alcanza un rendimiento comparable al de Claude Sonnet 4 en el benchmark público CC-Bench, un conjunto de pruebas que la propia empresa amplió con 22 nuevos ejercicios. Esta tendencia refleja el creciente interés del sector por evaluaciones que midan la eficacia práctica de los modelos en contextos reales, más allá de los tradicionales leaderboards.
Apertura al ecosistema de desarrolladores
Como parte de su estrategia de expansión, Z.ai integró GLM-4.6 en su plan de suscripción para herramientas de programación y lo liberó en plataformas de código abierto como Hugging Face y ModelScope. No obstante, la compañía aclaró que no lanzará una versión “Air” del modelo —más ligera y apta para equipos domésticos— como sí ocurrió con el GLM-4.5, una decisión que generó cierta decepción entre los desarrolladores que prefieren ejecutar los modelos localmente.
El movimiento se alinea con la evolución del mercado de la IA, donde los chatbots conversacionales están dando paso a agentes autónomos con funciones económicas concretas, capaces de ejecutar tareas sin supervisión humana directa. En este contexto, las empresas no solo buscan mejorar la potencia de sus modelos, sino también su eficiencia de costos y su utilidad práctica.
Un actor clave del ecosistema chino de IA
Fundada en 2019 por profesores de la Universidad de Tsinghua, Z.ai se ha posicionado como una de las start-ups de inteligencia artificial más prometedoras de China. En abril de 2025, la compañía presentó ante las autoridades regulatorias sus documentos previos a una oferta pública inicial (IPO) en los mercados bursátiles del país.
Además de Z.ai, otros actores chinos como DeepSeek, Alibaba Cloud y Moonshot AI también están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de capacidades de programación automatizada, un campo que promete transformar la productividad de empresas y desarrolladores a nivel global.
Con GLM-4.6, Z.ai no solo refuerza su posición dentro del competitivo ecosistema tecnológico chino, sino que también marca un paso más hacia un objetivo que hasta hace poco parecía lejano: convertir la inteligencia artificial en un verdadero colaborador autónomo capaz de crear, razonar y programar con la misma soltura que un ser humano.