Climate TRACE revoluciona el monitoreo climático con datos mensuales casi en tiempo real

La lucha contra el cambio climático acaba de recibir una poderosa herramienta. Climate TRACE, una coalición global sin fines de lucro que reúne a más de 100 universidades, científicos y expertos en inteligencia artificial, ha comenzado a publicar nuevos datos mensuales sobre emisiones globales con un retraso de tan solo 60 días.

Por ejemplo, el último informe disponible, publicado a fines de marzo de 2025, cubre las emisiones hasta el final de enero del mismo año. Estos reportes incluyen gases de efecto invernadero como dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y óxido nitroso (N₂O), así como contaminantes no relacionados con gases de efecto invernadero, entre ellos dióxido de azufre y carbono negro.

Un nuevo estándar de transparencia climática

Cada publicación mensual abarca el inventario completo de Climate TRACE, ofreciendo información a escala global, nacional, sectorial, regional y local, incluyendo datos específicos para más de 9,000 áreas urbanas. Además, el sistema se actualiza constantemente con nuevos activos y metodologías para mejorar la precisión de las estimaciones.

Según Ingmar Rentzhog, fundador y CEO de We Don’t Have Time, esta innovación “marca el nacimiento de un tablero global de control climático, algo parecido a un Bloomberg Terminal para la salud de la Tierra”.

“Esto es más que datos. Es una revolución en transparencia. Inversionistas, reguladores y responsables políticos ahora pueden saber quién contamina, cuánto y dónde”, señaló Rentzhog en una columna para Forbes.

Históricamente, los informes sobre emisiones globales llegaban con retrasos de hasta dos años, lo que hacía casi imposible una acción efectiva. Con Climate TRACE, el panorama cambia radicalmente: los responsables de políticas podrán reaccionar con la misma velocidad y precisión que los mercados financieros.

Tecnología al servicio del planeta

El sistema de Climate TRACE analiza más de 660 millones de fuentes de emisión en todo el mundo, desde plantas eléctricas y fábricas hasta buques de carga y explotaciones agrícolas. Gracias a la inteligencia artificial, el proyecto combina imágenes satelitales, firmas térmicas y datos operativos para generar actualizaciones mensuales con una precisión sin precedentes.

El expresidente estadounidense Al Gore, uno de los fundadores de Climate TRACE, destacó la importancia de esta herramienta:

“Estamos viendo cómo los empleos en energías limpias superan a los de energías sucias. La gente exige que se respete su futuro, y por eso estamos emocionados de compartir estos datos con el mundo.”

Las emisiones globales comienzan a disminuir

El primer reporte mensual muestra señales alentadoras: las emisiones globales comenzaron a descender. En enero de 2025, se registraron reducciones en sectores como el transporte, la generación eléctrica y las operaciones de combustibles fósiles, aunque aumentaron levemente en residuos y manufactura.

El transporte lideró la reducción, con una baja del 1.6 % interanual. China logró la mayor disminución, del 1.1 %, equivalente a 17.4 millones de toneladas de CO₂e. Estados Unidos redujo sus emisiones en 0.29 %, la Unión Europea en 0.53 %, mientras que India y Rusia mostraron descensos menores.

Rentzhog señala que “ahora las políticas climáticas pueden operar con la misma urgencia y transparencia que los mercados financieros”. La disponibilidad de datos casi en tiempo real permitirá evaluar a las empresas por su rendimiento ambiental real, no por sus declaraciones de relaciones públicas.

Un desafío político y ético

Sin embargo, no todos reciben esta transparencia con agrado. Algunos gobiernos han mostrado resistencia a la publicación de datos abiertos. En Estados Unidos, por ejemplo, la actual administración ha sido criticada por sus planes de cancelar el arrendamiento del Observatorio Mauna Loa en Hawái, una pieza clave en el monitoreo de CO₂ desde hace más de seis décadas.

Rentzhog advierte que “la transparencia climática es poder, y hay quienes preferirían mantenernos a oscuras”. El riesgo de que estos datos sean censurados o restringidos es real, lo que podría devolvernos “a la era de la desinformación y la inacción”.

Un nuevo paradigma para la acción climática

El acceso a datos verificados e independientes, actualizados mensualmente, representa un cambio radical en la forma en que el mundo puede enfrentar la crisis climática. Inversionistas, aseguradoras y gobiernos podrán actuar con base en información precisa y reciente, ajustando sus decisiones a la realidad ambiental actual.

“Sin esta transparencia, corremos el riesgo de perder nuestra herramienta más poderosa para evitar el desastre”, concluye Rentzhog.

Climate TRACE no solo mide el impacto del cambio climático: redefine cómo el mundo puede responder a él. La era de los compromisos vagos y las promesas vacías podría estar llegando a su fin.