El mundo árabe acelera en la carrera por desarrollar modelos de inteligencia artificial propios

Los países del mundo árabe se encuentran en plena carrera por construir modelos de lenguaje que reflejen sus dialectos, su cultura y sus valores religiosos. Con más de 450 millones de hablantes, el árabe es la cuarta lengua más hablada del planeta, y se ha convertido en un campo estratégico para el desarrollo de inteligencia artificial.

Al igual que en Silicon Valley, China, India y otras potencias, la IA en la región se considera hoy infraestructura cultural moderna, estrechamente vinculada a planes de centros de datos, producción de energía y estrategias nacionales.


El reto lingüístico y cultural

El árabe es un idioma rico y complejo. Su sistema de raíces trilíteras dificulta el procesamiento automático, y la diversidad de dialectos —desde el magrebí en Marruecos, el egipcio, el levantino en Siria y Líbano, hasta el jaliji en países del Golfo como Arabia Saudita y Kuwait— plantea un desafío aún mayor.

A esto se suma Arabizi, una forma de escritura híbrida usada por los jóvenes que mezcla letras latinas y números con palabras árabes, como “7abibi” en lugar de “habibi” (“mi querido”). Adaptar los modelos de IA a esta diversidad lingüística supone un reto técnico y cultural sin precedentes.


Poder, dinero y geopolítica

La ideología detrás de la independencia digital varía según la región.

  • Occidente, especialmente Silicon Valley, promueve una visión abierta y universal de la IA, aunque con tensiones por escándalos recientes.
  • China se posiciona como una alternativa práctica, rápida y económica, aunque marcada por un enfoque colectivista.
  • El mundo árabe explora un camino propio, buscando equilibrar apertura, control y soberanía tecnológica.

Un ejemplo es Falcon, el modelo de lenguaje desarrollado en Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un sistema de código abierto, disponible de forma gratuita, con versiones específicas para árabe y ediciones energéticamente eficientes. Mientras OpenAI cobra 20 dólares al mes por ChatGPT Plus, Falcon se ofrece sin coste, facilitando el acceso en regiones como África, Latinoamérica y el sudeste asiático.


Modelos en desarrollo: Humain y Ziila

En Arabia Saudita surge Humain, un chatbot diseñado con el árabe como prioridad y estrictamente regulado para usos gubernamentales, educativos y empresariales, reduciendo así la dependencia de modelos extranjeros.

En Egipto, la startup Intella ha creado Ziila, una herramienta enfocada en dialectos locales. Con una inversión de 12,5 millones de dólares, Ziila se ha convertido en un referente en reconocimiento de voz y se emplea en actividades cotidianas, como la interacción con bancos, supermercados o empresas de telecomunicaciones.


Tecnología y religión

El desarrollo de la IA en el mundo árabe también tiene una dimensión espiritual. Existen diferentes escuelas jurídicas del islam (madhhab), principalmente dentro de las ramas suní y chií, lo que influye en la manera en que algunos modelos integran principios religiosos y valores éticos en su funcionamiento.

Así, mientras unos proyectos se centran en dialectos, otros priorizan sectores de negocio, y algunos ponen el foco en la virtud religiosa, configurando un ecosistema diverso pero todavía sin un actor dominante global comparable a Google o OpenAI.


Un futuro en construcción

La carrera por la inteligencia artificial en el mundo árabe no es solo tecnológica: es cultural, política y económica. Con iniciativas como Falcon, Humain o Ziila, la región avanza hacia una mayor independencia digital, pero aún queda el desafío de consolidar un gigante que represente al árabe a escala global.

El futuro de la IA en la región dependerá de su capacidad para integrar la riqueza lingüística y cultural del árabe con las exigencias de un mundo digital cada vez más competitivo.