Los principales gigantes de la inteligencia artificial están enviando un mensaje claro: la era del acceso amplio y gratuito a los modelos más potentes está llegando a su fin. En los últimos días, tanto Google como OpenAI han reducido discretamente los niveles de uso gratuitos en Gemini 3 Pro y Sora 2, marcando el inicio de un cambio profundo en cómo estas tecnologías llegarán al público masivo.
La señal es evidente: los modelos más avanzados requieren un volumen de cómputo enorme, y mantenerlos abiertos sin límites ya no es sostenible. El camino hacia un ecosistema “paid-first” ya está en marcha.
Google ajusta los límites: menos prompts y menos imágenes
Google fue el primero en mover ficha. Durante el lanzamiento de Gemini 3 Pro, la compañía indicaba con claridad que los usuarios gratuitos podían enviar hasta cinco prompts al día y generar tres imágenes mediante Nano Banana Pro.
Sin embargo, pocos días después, esos números desaparecieron de la página de soporte oficial. En su lugar, Google colocó una frase más ambigua: los usuarios gratuitos cuentan con “límites diarios que pueden cambiar frecuentemente”. Con ello, Google se reserva la capacidad de modificar las restricciones según demanda, carga del sistema o prioridades del servicio.
Durante esta transición, la generación de imágenes incluso bajó temporalmente a dos por día antes de volver a tres. Pero el mensaje es inequívoco: estas cifras ya no son fijas. Si la demanda aumenta, el ajuste recaerá primero sobre los usuarios gratuitos para garantizar rendimiento premium a quienes pagan suscripciones.
Esta estrategia encaja con el objetivo de Google: convertir las capas de pago en el lugar donde realmente se desbloquean todas las capacidades avanzadas.
OpenAI también reduce beneficios: Sora 2 pasa de 30 a solo 6 videos diarios
OpenAI replicó el movimiento con Sora 2, su modelo de generación de video. La reducción fue todavía más drástica: los usuarios gratuitos, que antes podían generar 30 videos al día, ahora solo pueden producir seis.
Bill Peebles, de OpenAI, explicó en X (antes Twitter) la razón sin rodeos: las “GPUs están derritiéndose”. La generación de video es una de las tareas más costosas en términos de cómputo, y la enorme popularidad de Sora provocó una demanda que la capa gratuita no podía soportar.
El centro de poder se desplaza a los planes de pago
Tanto Google como OpenAI están trasladando las funciones más potentes detrás de suscripciones. Estas incluyen:
- Ventanas de contexto más grandes
- Límites ampliados de imágenes y videos
- Herramientas de investigación avanzada
- Funciones orientadas a productividad y agentes autónomos
- Mayor velocidad y prioridad en servidores
Los planes gratuitos siguen funcionando como puertas de entrada, pero cada vez más restringidas. La brecha entre el uso casual y la capacidad profesional se está ampliando rápidamente.
Un cambio estratégico inevitable
La tendencia es clara e irreversible. A medida que la inteligencia artificial generativa se vuelve más pesada y sofisticada, las empresas deben proteger la sostenibilidad operativa. Establecer límites dinámicos en el uso gratuito es parte de esa estrategia.
Lo que queda por ver es qué tan rápido evolucionarán estos límites y hasta qué punto los usuarios gratuitos seguirán teniendo acceso significativo a las herramientas de vanguardia. Pero una cosa es segura: la IA de última generación será, cada vez más, un recurso premium.
